El impacto económico del plástico: ahorra con agua purificada

Consumo de agua y plástico

Vivimos rodeados de plástico, y aunque a veces no lo notamos, el impacto que tiene en nuestras finanzas —además del que genera en el medio ambiente— es mucho mayor de lo que imaginamos. Uno de los ejemplos más claros es el gasto acumulado en agua embotellada: un hábito que no solo representa una carga económica constante, sino también una práctica poco sostenible.

¿Cuánto cuesta realmente consumir agua embotellada?

Imagina una familia de tres personas que consume una media de 2 litros de agua embotellada por persona y día. Eso equivale a unos 180 litros al mes, lo que representa entre 40 y 60 € mensuales, dependiendo del tipo de agua, el formato (botellas pequeñas, garrafas, bidones) y el lugar de compra. En un año, este gasto puede superar fácilmente los 700 €, sin contar el coste ambiental y logístico de transportar, almacenar y desechar esos envases.

Y eso sin mencionar el esfuerzo: cargar botellas del supermercado, almacenarlas en casa, lidiar con envases vacíos y, en muchos casos, no reciclar correctamente.

El plástico también cuesta… al planeta

Además del impacto en el bolsillo, el uso de agua embotellada genera un enorme volumen de residuos plásticos. La mayoría de las botellas terminan en vertederos o en el océano, donde tardan más de 400 años en degradarse. El proceso de fabricación de estas botellas también consume petróleo, agua y energía. En resumen: el coste del plástico es invisible, pero muy real.

Agua purificada con Miia: ahorro económico y conciencia ecológica

Con Miia, puedes acceder a un sistema de ósmosis inversa de alta calidad que te permite obtener agua purificada directamente del grifo. ¿La diferencia?

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  • A medio y largo plazo, el ahorro acumulado es evidente: hasta miles de euros en menos de 5 años.
  • Eliminación total del uso de plásticos de un solo uso en tu día a día.
  • Comodidad, salud y sostenibilidad sin esfuerzo.

Además, Miia ofrece opción de compra del equipo si prefieres evitar cuotas, con instalación y mantenimiento incluidos. Sea cual sea tu elección, el resultado es el mismo: un hogar más eficiente, económico y consciente.

El cambio está en tus manos —y en tu grifo.
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